II.- Futuros posibles

Escribe: Gustavo Antúnez.

La faena de la construcción de futuro, más allá de la refriega electoral en la que estamos inmersos, es siempre un territorio en disputa, hoy podemos ver con claridad la vieja pugna entre dos modelos y como el que representa el oficialismo ha fracasado una vez más, quiero dedicar nuestro tiempo y energías a imaginar otras posibilidades, otras maneras de abordar los problemas y desafíos de nuestro país y nuestra gente.

Los últimos cinco años signados por el realismo multicolor y su modelo de desigualdad nos han hecho retroceder o estancarnos en casi todos los temas. De hecho si lo miramos desapasionadamente tenemos que admitir que no hay proyectos, no hay ideas de reformas, no hay propuestas de transformación ni siquiera en los sectores más dinámicos de la vida del país. En realidad los procesos de innovación y de construcción de nuevas alternativas y oportunidades, salvo alguna excepción, provienen de los años de los gobiernos del Frente Amplio. Parece pues que es tiempo de volver a poner a trabajar en conjunto a todas y todos los que tengan ideas y proyectos, con un Estado que haga su parte generando las mejores condiciones posibles y asumiendo sus tareas indelegables y aquellas en las que debe participar para abrir nuevos caminos y posibilidades que nadie más impulsaría. Debemos hacernos cargo de reinventar al Uruguay como celebración del bicentenario y como proyecto de futuro para todas y todos los habitantes de esta tierra.

El ascenso de las derechas coaligadas que reemergieron en 2019, el año de la infamia, concitó el interés de decenas de miles de personas que le dieron su confianza ante la promesa explícita de que no íbamos a retroceder, más aún, que todo iba a mejorar en un período de prosperidad compartida, “los mejores cinco años de nuestras vidas”; hoy está demostrado que eso no fue así. (Por más detalles está mi nota “La mayoría silenciosa” en esta misma edición). Lo cierto es que durante los últimos casi cinco años la mayor parte de las personas ha sobrellevado en silencio un malestar creciente y a esta altura inocultable, que ahora prenuncia el final del lustro multicolor, que tenemos que dejar atrás, como un mal recuerdo.

En el umbral de un tiempo nuevo

Primero que nada debemos atender lo urgente, en Uruguay no puede haber niños, niñas y adolescentes viviendo bajo la línea de pobreza, tenemos a la mano todo tipo de herramientas para actuar ya, por otra parte será necesario un nuevo proceso de políticas sociales para erradicar la indigencia y el núcleo duro de pobreza con programas que ofrezcan a las personas el apoyo necesario para hacer su proyecto de vida. Y será necesario tomar las decisiones debidas para que ninguna persona que trabaja se vea amenazada por la pobreza. Para decirlo en palabras del senador Oscar Andrade, tenemos que adoptar las medidas y políticas necesarias para “establecer una base mínima de dignidad humana”, a partir de la cual todas y todos puedan elegir su camino y echarse a andar.

Luego habrá que establecer prioridades para tener en cuenta en lo inmediato y mirando hacia el mediano plazo, sabiendo que será necesario aplicar todo el esfuerzo y los recursos necesarios para atender e ir resolviendo las demandas que con toda razón nos plantea la gente en todo el país. En primer lugar seguridad pública, para poder trabajar, estudiar, convivir y hacer una vida en paz. Segundo todo lo relacionado con la economía, pero la economía a nivel de las personas concretas, promover la generación de puestos de trabajo de buena calidad, oportunidades para todas y todos los que buscan crecer y mejorar, prestar atención al tema del costo de vida, no solamente a la tasa de inflación y desde luego, una política de recomposición de salarios y jubilaciones sumergidas que hoy son una condena para alrededor de un millón de personas.

Adicionalmente un gobierno comprometido con el país y la gente tiene la obligación de anticiparse, de mirar más lejos, esta es una labor que al Uruguay siempre le cuesta, y no es por falta de capacidad o de recursos, es que son tantos los problemas de la coyuntura que se llevan toda la atención. Por eso, sin perjuicio de los temas planteados en al programa, sería importante retomar el trabajo realizado por los equipos de nuestro último gobierno y establecer equipos técnicos y políticos para estudiar y elaborar propuestas en áreas como: sociedad, territorio y medio ambiente; economía, inversión, trabajo y desarrollo hacia una era poscapitalista; geopolítica, inserción internacional en la región y el mundo en un mundo en transición; desarrollo humano en la era de la inteligencia artificial, la automatización y la especialización.

Y esto es solo un punteo de algunos de los asuntos que tiene que abordar el próximo gobierno nacional, es una tarea enorme que la derecha, con su visión cortoplacista, mercantil y retrógrada no puede abordar. Para poder dar un salto cualitativo hacia una sociedad avanzada en el futuro, es necesario trabajar seriamente y desde ya todos estos temas, las urgencias, los desafíos del aquí y ahora y la faena de la anticipación. El planteo facilongo que nos trae el candidato neoherrerista es otra de las ya conocidas fantasías del elenco multicolor, versos de campaña para tratar de conquistar a las y los incautos o desprevenidos, pero ese es el tema de mi nota del pŕoximo viernes.

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En otras palabras

Nunca en casi 40 años de democracia tuvimos un gobierno tan retrógrada y oscurantista como el actual.
Nunca como ahora un gobierno estuvo plagado de delincuentes, impostores, charlatanes, pederastas, mercachifles y vulgares rastrillos; nunca vimos tanta gente lamentable ensoberbecida por el poder.
Nunca un Poder Ejecutivo ocultó a sabiendas información al Parlamento y a sus legisladores. Es la primera vez en la historia que diputados y senadores tienen que usar el mecanismo de acceso a la información pública para conocer las acciones del gobierno.
Nunca un Poder Ejecutivo conspiró para mentir ante el Parlamento y más aún, nunca los gobernantes se confabularon para interferir en una investigación de la justicia y mucho menos destruyeron documentos probatorios, parte de un expediente de investigación.
Nunca un gobierno estableció una asociación para delinquir en la mismísima casa de gobierno.
Hace ya mucho tiempo que el gobierno apretaba a periodistas y en alianza con las empresas manipulaba la información y a la opinión pública. Por no mencionar los favores y la transferencia de decenas de millones de dólares a los empresarios amigos y cómplices del modelo retardatario.
Nunca un gobierno ninguneó y avasalló a la oposición como lo viene haciendo, sin escrúpulos, el artefacto multicolor.
Y nunca un gobierno mintió tanto a la ciudadanía de una manera tan descarada como lo hace este.
Nosotros cometimos errores, es cierto. Pero nada parecido a este grado de descomposición. No podemos cambiar lo sucedido, pero estamos obligados a hacer otro futuro; y por lo que hemos visto, si aceptamos sin preguntar el “contrato con los uruguayos” , no tendremos otros resultados.

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Aquí y Ahora

Al terminar abril, “si las elecciones fueran hoy”, 43% de los uruguayos dijo que se inclinaría por el Frente Amplio, 29% por el partido Nacional, 7% por el partido Colorado, 3% por Cabildo Abierto, 2% por otros partidos, 4% dijo que votaría en blanco o anulado, y 12% se manifestó indeciso.
Si se compara el Frente Amplio con la suma de los partidos de la Coalición Multicolor, el resultado en abril es una diferencia favorable al Frente Amplio de 4 puntos (43% a 39%).
Los resultados comparados con la medición anterior muestran pocas variaciones. El Frente Amplio pasa de 42% a 43%, el partido Nacional de 27% a 29%, el partido Colorado se mantiene en 7%, y Cabildo Abierto pasa de 4% a 3%. 
Los resultados comparados con la medición anterior muestran pocas variaciones. El Frente Amplio pasa de 42% a 43%, el partido Nacional de 27% a 29%, el partido Colorado se mantiene en 7%, y Cabildo Abierto pasa de 4% a 3%. 
En términos de bloque, la diferencia permanece incambiada (42% a 38% en febrero, 43% a 39% en abril).
En una mirada de mediano plazo, desde finales de 2022 el Frente Amplio ha logrado mantenerse en niveles por encima del 40%. La coalición Multicolor se ha movido en los últimos tiempos en una franja levemente por debajo del 40%. Entre los partidos de la coalición se mantiene la preferencia mayoritaria por el partido Nacional y, en el último año, se ha visto al partido Colorado sostenidamente por encima (aunque con poco margen) de Cabildo Abierto.
¿Cuánto pueden decirnos los datos actuales sobre lo que podría ser el resultado en la primera vuelta de octubre? Mucho, desde el punto de vista de las grandes magnitudes. Poco, desde la “sintonía fina”, y de un eventual pronóstico sobre el ganador. Es muy probable que el escenario electoral actual muestre un final con dos bloques competitivos de tamaño similar. No parece que vaya a repetirse el escenario de primera vuelta de 2019, con 15 puntos de diferencia de la coalición Multicolor sobre el Frente Amplio. Pero aún falta tiempo para poder visualizar los detalles más finos. Hay un 12% que hoy no tiene inclinación por ningún partido e incluso dentro de quienes sí tienen simpatías partidarias, hay una parte importante cuya inclinación no es firme y que podría llegar a variar.

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