Con toda la fuerza

Escribe: Gustavo Antúnez.

El Uruguay de 2025 y especialmente mirando hacia 2030, el año del bicentenario de nuestra Constitución, tiene una oportunidad plausible para dar un salto cualitativo en términos de desarrollo integral con justicia social y convertirnos paulatinamente en una sociedad avanzada con un alto estándar de calidad de vida para todas y todos en todo el país. Pero es solo eso, una posibilidad, lo que no es menor pero no hay garantía de que suceda. Para conseguirlo hará falta como siempre un enorme esfuerzo de trabajo, creatividad y sacrificio, porque ya se sabe, una gran conquista requiere como condición necesaria una acción deliberada, enérgica y consistente para superar los muchos problemas presentes.

Ahora las y los ideólogos y estrategas de las y los personajes del artefacto multicolor se dieron cuenta de que tenemos una situación dramática en las condiciones de vida de la infancia, o que el problema de las violencias y la inseguridad nuestra de cada día es una pesadilla, incluso descubrieron que la vida está carísima y que la gente hace malabares para llegar a fin de mes. Aunque todavía no registran las distintas manifestaciones de una situación de crisis en varias dimensiones que agobia a la mayoría y nos amenaza a todas y todos. La sola aparición de Delgado o Raffo prometiendo bajar el costo de vida o anunciando proyectos para enfrentar la delincuencia es la prueba irrefutable de que su gobierno fracasó. Tuvieron su oportunidad y fracasaron, ahora es momento de cambiar.

En realidad tenemos un largo camino que recorrer, un posible cuarto gobierno del Frente Amplio es solo el comienzo de un proceso de mayor calado que propone transformar una vez más al país, pero claro, vayamos dando un paso a la vez; en primer lugar para tratar de recomponer todo lo que ha sido trastocado durante estos casi cinco años de despropósito multicolor, para luego poder encarar los desafíos estructurales que podemos identificar, de manera de atender como es debido las prioridades e intereses nacionales de hoy en día, al tiempo que vamos transformando las agencias e instituciones para hacernos cargo de todo lo que viene.

Un primer paso es cambiar el modelo de desarrollo, pasando del fallido prospecto actual, de concentración en pocas manos, basado en el clientelismo, el ventajeo y la corrupción para ir a otro de crecimiento cooperación, inclusión y redistribución, con oportunidades y nuevos desafíos para cada persona sin distinción y también para nuestras comunidades; dentro de ese marco general será necesario de movida atender algunos temas urgentes, como ser: la implementación de una nueva generación de políticas sociales enfocadas en las infancias y adolescencias, así como en las personas que hoy viven las peores formas de exclusión. También resulta necesario comenzar de inmediato el proceso para recomponer el ingreso de los cientos de miles de personas que hoy reciben salarios y jubilaciones o pensiones sumergidas.

Al mismo tiempo y teniendo en cuenta a todos los sectores de la vida nacional podremos implementar las muchas medidas, propuestas y políticas planteadas en las Bases Programáticas que ahora estamos poniendo a consideración de la ciudadanía. Allí podemos encontrar un compendio de planteos para lo inmediato, así como ideas anticipatorias, pensando en un proceso de transformaciones de más larga duración; de hecho el documento de programa es una formidable herramienta para la práctica política y poner en marcha un nuevo ciclo de construcción colectiva orientado hacia otra realidad, hacia otro mundo en común.

Pero nada de esto será posible si en las próximas elecciones no tomamos la decisión de sacar al minoritario neoherrerismo y sus aliados del gobierno nacional, he ahí la verdadera dimensión de la encrucijada 2024. En el fondo, y aunque parezca algo dramático, es también una cuestión moral y existencial. Porque todavía hay personas que aún en medio de situaciones precarias y pasando penurias que se podrían evitar, siguen creyendo en el relato del malla oro y sus empleados que imponen el modelo de la desigualdad. De manera que es necesario que entendamos que la contienda más relevante no se encuentra dentro de las fronteras del Frente Amplio. El último domingo de junio la gente va a decidir la integración de la fórmula que nos represente en las nacionales, ahora empieza el tiempo de cooperar, para enfocarnos en lo más importante, ganar en octubre.

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En otras palabras

Cuando la esperanza falla, renace la nostalgia por los aventureros desilusionados, así aparece la derecha con su resignada posverdad, el fin de la historia o de las ideologías. Políticos o editorialistas, las y los autores e ideólogos pertenecientes a esa tradición se suelen mostrar muy críticos con un proyecto que los desafía, y lo desprecian porque está demasiado sujeto a las aspiraciones sencillas y conformistas de la multitud.
Su romanticismo profundamente conservador, no ofrece ningún futuro deseable, porque ese no es su objetivo. En realidad su tiempo ideal es algo parecido a los enloquecidos años noventa.
Entonces van por la vida con ese estilo canchero, desacomplejado, notoriamente preocupado pero valientemente desinhibido, hacen frente al desencanto de la gente con brío, aunque lamentan haber perdido la grandeza de los sueños del pasado y se atreven a hacer promesas como si no tuvieran nada que explicar. Hablan con una lucidez melancólica porque saben que no la tienen fácil y tienen la audacia de decirle otra vez a la gente lo que saben que no van a hacer. Sus temas son de candente actualidad: desprecio por la época, nostalgia por los referentes del pasado y enojo ante un presente desconfigurado; un profundo malestar ante un futuro que parece un callejón sin salida, la sensación de que todo está perdido, la convicción de que somos impotentes. Entonces traen sus conocidas propuestas que en el mejor de los casos provienen del siglo pasado, porque muchas son aún más viejas.
Aparte de los muchos problemas de la vida cotidiana, estas cuestiones de fondo son parte de las muchas razones por las que tenemos que cambiar; porque aunque a las y los representantes de la derecha multicolor no les guste tenemos la posibilidad de hacer otro futuro y es eso exactamente lo que nos proponemos hacer.

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Aquí y Ahora

La Encuesta Nacional FACTUM del segundo bimestre 2024 fue realizada entre el 19 y el 30 de abril. Desde el punto de vista político esta encuesta absorbe los principales temas de la agenda pública de los meses de marzo y hasta la mitad de abril, y parcialmente la segunda quincena de abril.
Una aclaración relevante en esta presentación es que, por segunda vez en este ciclo electoral 2024, FACTUM presenta los datos de estimación de voto, es decir, es una simulación de resultado si las elecciones se realizaran en este momento.
Esta metodología permite establecer cuál sería el nivel de votación de cada partido, ya que en un acto electoral no existen los indefinidos; por tanto, no se presenta la categoría “indefinidos”. Para ello, se adjudica el comportamiento esperable de las personas indefinidas en función de 21 variables sociodemográficas, políticas y actitudinales. La pregunta base es la misma que se utiliza habitualmente: “Imagine que haya elecciones de presidente y parlamento el próximo domingo ¿A qué partido político votaría? [Se lee la lista de partidos en orden aleatorio]”. A efectos informativos, el porcentaje de indefinidos puros identificados por FACTUM es el 5% del total del electorado; y es en ese porcentaje que se aplica la estimación de voto.
En la estimación de voto los datos muestran que si las elecciones fueran el próximo domingo, el Frente Amplio obtendría 43%, partido Nacional 30%, partido Colorado 10%, Cabildo Abierto 6%, Independiente 2%, Unidad Popular-Frente de Trabajadores 2%, Otros partidos 2%, En blanco/Anulado 5%.
Al analizar el comportamiento de la estimación de voto por bloques políticos se aprecia que el FA alcanza el 43% mientras que la suma de los partidos que conforman la Coalición Republicana llega al 48%. Cabe recordar que la suma de los partidos de la ccoalición no necesariamente se refleja en la candidatura única en el balotaje.
Si bien en la actual medición los datos se presentan como estimación de voto, y en las ediciones hasta fines del año pasado fue de intención de voto (con indefinidos), el escenario macro no ha presentado grandes variaciones a lo largo del último año.
La evolución de la estimación de voto entre el 1er bimestre y el 2º bimestre de 2024 muestra leves variaciones, todas dentro de los márgenes de error estadísticos.
En este sentido se aprecia estabilidad del Frente Amplio, el partido Nacional muestra 1 punto más, el partido Colorado 2 puntos más, Cabildo Abierto y el partido Independiente 1 punto menos cada uno.

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