Escribe: Carlos Pita.

“El dinero es una cosa y otra la disponibilidad de la vacuna en tiempos de escasez”…“Quien recibe la vacuna en el mundo, será por supuesto una cuestión que crea lazos y nuevos recuerdos”. Expresiones de Angela Merkel el 26 de enero en el Foro de Davos en conferencia virtual, pidiendo una repartición justa de las vacunas contra la CoVid19 en todo el mundo, en un momento que se desarrolla una competencia entre países ante una insuficiente oferta de dosis. “Lo importante es tener una repartición justa …es que tengamos que optar por la vía multilateral y que el proteccionismo no resolverá los problemas sobre el acceso a vacunas “ Esto lo expresó en momentos en que su propio partido es criticado por la lentitud de la campaña de vacunación en Alemania, por la entrega insuficiente de dosis. Su ministro de Salud, Jeus Spahn, propuso que las vacunas y los insumos para producirlas que salgan de Europa requieran de una licencia para ser exportadas. De esa forma se podría garantizar una justa distribución de las vacunas producidas en Europa. 

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, se dirigió a las empresas farmacéuticas expresando: “ Deben mantener sus promesas y honrar sus obligaciones. Europa invirtió miles de millones para desarrollar las primeras vacunas… esas inversiones prometían un bien común verdaderamente global” Las enormes inversiones se destinaron a construir infraestructuras de investigación e instalaciones de producción y se hicieron para ayudar a desarrollar un bien global”. Todo ello ante el incumplimiento de las farmacéuticas en sus compromisos de entrega.

Esta temática, ya discutida hace varios meses en una asamblea general de la OMS en la que Merkel, Macron, Xi Jing Ping y el primer ministro de Corea del Sur, entre otros, abogaran con firmeza por el desarrollo de vacunas como bienes de dominio público de la humanidad. Resulta un espectáculo inmoral lo que está sucediendo en el mundo con las vacunas. El capitalismo salvaje juega con la vida de las personas, como siempre lo ha hecho. Es un sistema perverso en el cual los pocos dueños megamultibillonarios de las gigantescas corporaciones sacan cuentas de la plata y sabiendo perfectamente las cuentas de las vidas, se guían por sus “valores”: el dinero.

Son los estados, con las aportaciones de los que pagan impuestos, los que han hecho posible la formidable celeridad del desarrollo de las vacunas disponibles. Son los Estados los que tienen que imponer las normas y definir en instancias multilaterales todo lo concerniente a la fabricación, aprobación, distribución y aplicación de los planes de vacunación.

Es indignante ver lo que está sucediendo. El camino del multilateralismo debe imponerse en forma perentoria. La regulación de los estados en forma conjunta debe instrumentarse y llevarse a la práctica ahora. Estamos a tiempo. Basta de hablar de las virtudes del mercado sin fuertes regulaciones estatales multilaterales. Hay que ponerle fin al capitalismo salvaje. El internacionalismo humanista progresista tiene que organizarse para influir y para incidir en cuestiones concernientes a los derechos humanos en el planeta. Los caminos están para recorrerlos. Los liderazgos se demuestran en momentos como los que está viviendo la humanidad.

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En otras palabras

Cuando la esperanza falla, renace la nostalgia por los aventureros desilusionados, así aparece la derecha con su resignada posverdad, el fin de la historia o de las ideologías. Políticos o editorialistas, las y los autores e ideólogos pertenecientes a esa tradición se suelen mostrar muy críticos con un proyecto que los desafía, y lo desprecian porque está demasiado sujeto a las aspiraciones sencillas y conformistas de la multitud.
Su romanticismo profundamente conservador, no ofrece ningún futuro deseable, porque ese no es su objetivo. En realidad su tiempo ideal es algo parecido a los enloquecidos años noventa.
Entonces van por la vida con ese estilo canchero, desacomplejado, notoriamente preocupado pero valientemente desinhibido, hacen frente al desencanto de la gente con brío, aunque lamentan haber perdido la grandeza de los sueños del pasado y se atreven a hacer promesas como si no tuvieran nada que explicar. Hablan con una lucidez melancólica porque saben que no la tienen fácil y tienen la audacia de decirle otra vez a la gente lo que saben que no van a hacer. Sus temas son de candente actualidad: desprecio por la época, nostalgia por los referentes del pasado y enojo ante un presente desconfigurado; un profundo malestar ante un futuro que parece un callejón sin salida, la sensación de que todo está perdido, la convicción de que somos impotentes. Entonces traen sus conocidas propuestas que en el mejor de los casos provienen del siglo pasado, porque muchas son aún más viejas.
Aparte de los muchos problemas de la vida cotidiana, estas cuestiones de fondo son parte de las muchas razones por las que tenemos que cambiar; porque aunque a las y los representantes de la derecha multicolor no les guste tenemos la posibilidad de hacer otro futuro y es eso exactamente lo que nos proponemos hacer.

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Aquí y Ahora

A medio año de las elecciones nacionales de octubre, la encuesta de CIFRA muestra un escenario dividido. El 88% de los electores tiene decidido su voto o al menos ya expresa una preferencia por uno de los partidos que competirán.
El 45% de los uruguayos habilitados prefiere al Frente Amplio, el 32% al partido Nacional, el 7% al partido Colorado, 3% a Cabildo Abierto y el 1% al PI.
Con el comienzo intensivo de la campaña electoral, podría esperarse que algunos votantes cambiaran su decisión preliminar y optaran por apoyar a otro partido. Aunque seguramente algunos lo están haciendo, los resultados agregados muestran una gran estabilidad en el respaldo a cada uno de los partidos en pugna. En las tres mediciones realizadas en 2024 se observa que el Frente Amplio pierde dos puntos de febrero a abril –de un pico de 47% pasa a 45%– y el partido Nacional sube un punto –de 31% en febrero a 32% en marzo, porcentaje que mantiene en abril. Los otros partidos socios de la coalición siguen en 11%. Estos pequeños cambios reducen la diferencia entre los bloques de oposición y gobierno: era de 5 puntos en febrero y ahora es de 2. Se debe recalcar, además, que las variaciones registradas son pequeñas, y los cambios de apoyo de los dos bloques están dentro del margen de error de la encuesta.
Si se analiza la evolución a más largo plazo, desde comienzos de 2023, el Frente Amplio tuvo algo más de apoyo que la coalición a lo largo de todo el período. Hoy la diferencia es la más pequeña después de la que se registró justo un año atrás, en abril de 2023. También se observa que el apoyo al Frente Amplio creció desde agosto 2023 hasta febrero de este año y desde entonces disminuye dos puntos. La preferencia por alguno de los partidos de la coalición también creció desde agosto y se estabiliza en este último mes.
El apoyo a los dos bloques oscila más por región. El Frente Amplio tiene la preferencia de la mayoría absoluta de los capitalinos, aunque desde febrero baja, de 58 a 51%. Sube un punto en el interior, pero no le alcanza para compensar la pérdida en la capital.
La coalición es más fuerte en el interior del país, donde hoy el 47% votaría a algún partido que la integra, pero también ese apoyo oscila: era de 47% en febrero, y había subido en marzo al 52%, pero hoy vuelve al mismo 47% que tenía dos meses atrás. Sin embargo, compensa esa caída con una recuperación de apoyo en Montevideo: tenía apenas 32% el mes pasado y hoy alcanza el 38%.
Falta medio año para las elecciones nacionales y antes de esa fecha tendrán lugar las elecciones internas. La gente vota a un partido pero también a un candidato. Y el candidato pesa aún más para ese 10-12% que no tiene ninguna preferencia partidaria. Por eso importa mucho quién gane la interna de cada partido y cómo manejen la transición de ser precandidatos atractivos para los militantes –que son los que más votan en internas no obligatorias—a ser candidatos presidenciales que resulten convincentes para la gente más alejada de la política y los partidos.

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